¿Quién entiende mejor a quién? ¿Tú a tu perro? ¿O te entiende mejor él a ti?
Casi seguro que tu compañero canino te entienda mejor que tú a él. Son unos grandes observadores y aprenden a anticipar tus movimientos de forma inigualable. Y mientras no inventen un traductor ladrido-español, pues tendremos que aprender de ellos en este sentido.
Así que vamos al lío. Si quieres entender mejor a tu perro primero necesitas observarle mucho. Además tener algunas nociones básicas te ayudará a interpretar mejor su lenguaje. Y en este artículo nos centramos en sus ladridos.
En qué debes fijarte para entender los ladridos de tu perro.
Vamos a entrar en materia. Lo primero que hay que tener claro es que los ladridos de cada perro pueden ser muy diferentes y particulares. Solo tienes que comparar a un silencioso pointer, un beagle o el típico husky que no calla y te dice “I love you”.
Pero todos los ladridos tienen unas características que están siempre presentes y que te van a permitir interpretar mejor su significado. Estas características son 3: tono, duración y frecuencia. Vamos a explicar cada una de ellas.
El tono del ladrido.
Del mismo modo que el tono de tu voz puede hacer que las mismas palabras tomen significados muy diferentes, el tono del ladrido es uno de los elementos que más información puede darte para entenderlo.
En general, tonos bajos suelen indicar situaciones que el perro interpreta de peligro, como puede ocurrir en perros que protegen su hogar o perros que tengan problemas al relacionarse con otros perros y les ladren para que no se acerquen.
En cuanto a los tonos altos suelen indicar lo contrario, situaciones en las que el perro se encuentra feliz, tranquilo o quiere interacción social.
Si te das cuenta, esta forma de usar el tono es la misma que tú empleas cuando te relacionas con tu perro. Cuando quieres jugar, dar premio o felicitar seguramente uses tonos más agudos, y cuando le riñas o le digas “no” posiblemente emplees tonos más bajos.
Ser consciente de esto es importante ya que si tiendes a usar tonos altos al solicitar algo (por ejemplo en la llamada) a tu perro seguramente le anime más a hacerlo. Y si no haz la prueba: primero llama a tu perro con un tono más bajo, y luego repite la llamada con un tono alto, como de juego. Verás que resulta mucho mejor.

La complejidad del lenguaje también incluye a los perros.
Aquí llegamos al problema: la cosa no es tan sencilla como te acabo de explicar.
Perros que estén muy estresados, inseguros o sufriendo algún tipo de molestia fuerte o dolor también ladrarán con tonos agudos, de forma que esos tonos altos no sin siempre indicativo de algo bueno.
Por otro lado, los tonos bajos pueden ser usados por perros que quieran mostrarse amenazantes, cosa que puede suceder en perros que estén realmente asustados o perros con mucha confianza y capacidad de gestionar su lenguaje y que no necesariamente tiene que estar afectados por el miedo.
Así es la complejidad (y belleza) del lenguaje. Por eso, como siempre, hay que prestar atención al contexto en el que ocurre la comunicación.
Duración del ladrido.
Si el tono ya es complicado, agárrate que vienen curvas.
La duración del ladrido indica la intención del perro, lo meditada que tiene su actuación por decirlo de alguna manera. Mejor me explico con un ejemplo.
Un perro que se sienta amenazado por otro y emita esa mezcla de ladrido-gruñido alargado y mantenido en el tiempo está diciendo que está preparado para actuar si es necesario. Y al contrario, en situaciones menos meditadas el perro usará ladridos más cortos. Piensa en ese perro que está dormido en casa y al oír un ruido de repente se pone de pie con un ladrido tipo “buf!”. Esto indica que el perro se ha asustado pero no hay una intención detrás al ser más repentino.
Resumiendo: una mayor duración indica que hay más intención, una menor duración indica más sorpresa por parte del perro. Como consejo extra para entender esta parte, piensa que los ladridos cortos en general son “alertas” o “alarmas” que emite el perro; mientras que las vocalizaciones largas, gruñidos, etc. son usadas como amenazas y advertencias.
La frecuencia del ladrido.
Con la frecuencia me refiero a cómo es la repetición del ladrido: si ladra rápido y seguido o lento y con pausas.
En general, un ladrido rápido y seguido indica urgencia por parte del perro, porque necesita algo o porque está en una situación fuerte de estrés o excitación. Puede ser por ejemplo que haya encontrado algo fascinante que quiera enseñarte (como una pelota), o que una persona extraña se acerque a la puerta de entrada.
Ladridos más lentos y espaciados responderán a cosas menos urgentes. Por ejemplo, cuando el perro oye ladridos de otros perros a lo lejos y responde con un ladrido o dos, para, vuelve a ladrar al poco, etc. Esto indica que el perro está prestando atención a esos sonidos pero no tiene la misma urgencia que otras situaciones, como por ejemplo una persona que “amenace” la puerta de tu casa.
Todo esto son pautas generales, pero para realmente entender a tu perro deberás observarlo mucho y siempre prestar atención al entorno y a qué sucede. En definitiva cada perro es único y adaptará cómo se comunica en función de su entorno.
Ejemplos de ladridos de perros.
A continuación vamos a ver algunos vídeos que circulan por la red para aplicar lo que hemos comentado. Advierto que son vídeos de otras personas, no tengo el 100% de la información de lo que está sucediendo ni conozco la historia de cada perro, por lo que las valoraciones que voy a hacer son solo eso: valoraciones en base a mi conocimiento y lo que veo en el vídeo.
Vamos al lío.
Ladrido de alerta porque hay algo fuera.
Seguro que todos hemos vivido esta situación alguna vez. Son los típicos ladridos de alerta de un perro porque hay algo/alguien fuera de casa.
Tenemos un ladrido de tono grave (situación de peligro), duración larga (intencionalidad) y frecuencia alta (urgencia). Se puede observar que mezcla los ladridos con esos gruñidos más largos que dicen “como salga te vas a enterar”.
Este tipo de ladrido a veces es muy frecuente en algunos perros, tanto que puede llegar a suponer un problema con los vecinos.
Este segundo video es también un ladrido de alarma pero a diferencia del anterior vemos como el ladrido es corto: tenemos ese factor sorpresa (o susto) que hace que el perro reaccione de repente, no de forma tan consciente como en el caso anterior.
Nota como al final del ladrido aparece un “buf!” muy característico en situaciones como esta, que no llega a ser casi ni un ladrido como tal, pero muy frecuente en casa cuando hay algo del otro lado de la puerta que alerta al perro.
Ladrido de perro por dolor.
Vamos ahora con un ejemplo de un ladrido muy diferente y muy reconocible.
En este caso vemos que el perro emite un ladrido corto, rápido y sin repetición (sorpresa) debido a que el gato le ha hecho daño en la oreja. Ya sabemos como son estos felinos, empiezan lamiendo y terminan arrancándote un pedacito 😊 Lo más característico es el tono, que es muy alto.
Hay que tener en cuenta que el tono es algo muy relativo, puede que el tono agudo de un perro grande sea parecido al grave de uno pequeño, por lo que es importante conocer al perro para emitir un juicio de valor adecuado.
Algo similar pero más exagerado se ve en el siguiente vídeo, donde un perro está sufriendo un gran dolor. Dependiendo de la intensidad y del tamaño del perro el sonido puede moverse entre tonos altos y muy altos.
Te advierto que si eres una persona muy sensible hacia los perros evites reproducir este vídeo.
Ladrido de perro por aburrimiento.
Este es otro caso típico: perro que se queda solo un montón de tiempo y se aburre o sufre de ansiedad por separación. Las características de este ladrido se observan muy bien: ladridos interminables (durante horas) pero monótonos y pausados. El perro ladra básicamente porque no tiene nada mejor que hacer.
Esto son solo algunos ejemplos. Podríamos buscar cientos de situaciones para mostrar con ladridos diferentes para analizar y en realidad no acabaríamos nunca.
Los perros no se comunican solo mediante el ladrido.
En este post hemos dado solo unas pinceladas de algo que necesitaría de mucha más explicación, como es interpretar el ladrido de los perros. Solo analizando 3 características del ladrido el tema se vuelve bastante complejo, y esto es solo la superficie. Habría que tener en cuenta también todos los sonidos, matices y ruidos que no son realmente ladridos pero que también tienen su importancia.
Y aun así cometeríamos un error fijándonos solo en el ladrido. Como he dicho más arriba, siempre que se intente interpretar a un perro hay que entender muy bien el contexto del mismo. Ya hemos visto que ladridos similares pueden tener significados muy diferentes dependiendo del contexto.
Lenguaje corporal canino.
De hecho, para los perros como para muchas otras especies animales, su mayor riqueza de lenguaje no viene por su vocalización sino por su lenguaje corporal y gestual. Entender el lenguaje corporal del perro es la mejor forma de interpretar correctamente sus ladridos.
Está claro que para nosotros eso es algo complicado ya que somos una especie que basa su comunicación en el lenguaje oral, y por eso tenemos que ponernos las pilas para entender apropiadamente los códigos de comunicación que tienen nuestros perros.
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