Mi perro es desobediente

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Que levante la mano quien haya dicho alguna vez que su perro es desobediente. Pero ¿es correcto afirmar esto? ¿Qué el perro no responda a lo que le dices es motivo suficiente para catalogarlo como “desobediente”?

La cosa no es tan sencilla como parece, así que si es tu caso te invito a que sigas leyendo para profundizar en este asunto. En este artículo te explico qué entiendo por desobediencia, cómo reconocer cuando tu perro realmente es desobediente y te explico qué es la desobediencia inteligente.

¿Qué es la desobediencia?

Si acudimos a la RAE para ver exactamente qué es la desobediencia, la Real Academia la define como: “no hacer lo que te mandan o hacerlo mal”.

¿Es aplicable esta definición a los perros? Personalmente, tengo mis dudas, y voy a explicarlo con un paralelismo que he usado muchas veces en mis clases.

Si tienes un niño pequeño que no sabe escribir, le pides que escriba algo y no lo hace o lo hace mal, ¿dirías que es desobediente? Yo creo que no lo harías, ya que es muy razonable pensar que el niño no lo hace simplemente porque no sabe hacerlo. Por lo tanto, cualquier riña o reprimenda en ese caso estaría fuera de lugar.

Entonces, ¿por qué sí nos comportamos así con los perros? ¿Por qué cuando no sabe hacer algo casi de forma inmediata le reñimos?

Quizá es porque esperamos que nos entiendan u obedezcan por ciencia infusa, pensamos que ya vienen adiestrados de serie, o quizá volcamos en ellos nuestro estrés y frustraciones. Sea el motivo que sea, en la mayoría de casos no tiene nada que ver con la obediencia o desobediencia.

Y digo en la mayoría de los casos, porque sí que hay veces que el perro es desobediente, incluso se les puede entrenar para que así lo sean, como te contaré después.

Entonces, ¿cuándo puedes decir que un perro es desobediente?

Quizá estés pensando que siempre me pongo del lado de los perros, y cierto es, pero la verdad es que intento ser todo lo razonable y objetivo que puedo a la hora de sacar mis conclusiones.

En este caso, para mi ser desobediente es que el perro sepa perfectamente qué tiene que hacer y no lo haga. Es decir, para que exista la desobediencia previamente tiene que haber una obediencia.

Como decíamos antes, mientras el niño no aprenda a escribir no deberías llamarle desobediente. Pero cuando ya sepa hacerlo y no lo haga (porque prefiere irse a jugar) entonces sí podríamos valorar la desobediencia como tal.

Esto nos lleva a la siguiente pregunta. ¿Cómo saber si un perro es desobediente (de verdad) o es que no sabe hacer lo que le pides?

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La delgada línea entre la desobediencia y el adiestramiento pobre.

Lo que ocurre en la mayoría de las veces es que oirás a la persona decir: “sí, sabe de sobra que tiene que hacer”, o “el cabrito pasa de mi como venganza por haberle dejado solo en casa” o cosas similares.

La mayoría de las veces todo esto es negar la realidad y humanizar sobremanera al perro, cosa que no le ayuda en nada. En general nos falta humildad para reconocer que no hemos enseñado bien al perro o que no sabemos cómo hacerlo.

Está claro que es más sencillo echarle la culpa al perro, pero en muchos casos lo que ocurre es que no se le ha enseñado bien. Entrenar una conducta de forma fiable no es tan sencillo como parece, y lo que ocurre en muchos casos es que el perro no hace lo que le pides porque no sabe hacerlo. Aunque insistamos en decir que es desobediente.

El perro no necesita ser más obediente, tú necesitas enseñarle mejor.

Es incómodo, pero se debe decir: si el perro no nos hace caso es que hemos fallado al enseñarle.

Punto. Cuanto antes lo reconozcas antes podrás ponerle solución.

Es importante cuidar la enseñanza de nuestros perros y estar muy seguros de que sabe hacer algo antes de acusarle de desobediencia.

Si tienes que enseñar a un crío a cruzar una calle, a nadie se le ocurre soltar al niño el primer día para que empiece a cruzar sin sentido y encima reñirle por “desobediente”. Tendrás que explicarle qué es un paso de cebra, cómo entender un semáforo y acompañarle durante suficientes repeticiones como para asegurarte de que lo hace bien.

¿Y si mi perro sí que es desobediente?

Si puedes asegurar que el perro sabe qué tiene que hacer y aun así te ignora, enfádate.

Tal cual, enfádate.

Muestra tu enfado ante lo que está haciendo el perro. Si realmente sabe qué tiene que hacer y tiene una buena relación contigo, tu enfado será suficiente para que se lo piense dos veces.

Es como cuando te enfadas con tu pareja o con un amigo la tercera vez que llega tarde a la cita. Tienes derecho a enfadarte, se lo reprochas para que sea consciente de tu malestar, pero es un enfado que no afecta a la relación porque está justificado.

Por eso es importante que este enfado aparezca solo tras dos o tres solicitudes por tu parte que sean ignoradas por el perro, y que se realice sobre una conducta que tengas la certeza de que el perro la sabe hacer. No debes hacerlo de otra forma.

Este enfado puede ser muy teatrero, algo en plan “joder macho, te he dicho 3 veces que hagas esto y pasas de mí, ¿qué pasa?”. Lo normal es que el perro lo entienda, y si es así, inmediatamente puedes volver a pedirle de forma amable que lo haga. Por eso tiene que ser teatrero, porque tienes que cambiar rápido el chip de un modo enfado a un modo happy.

Y si aun así la cosa no funciona, algo está pasando. Quizá hay que reentrenar el ejercicio, quizá el entorno es demasiado difícil para el perro, etc.

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Tener problemas de comportamiento y ser desobediente no tiene nada que ver.

Algo con lo que he alucinado es con la información que se ve por ahí publicada. Si buscas artículos sobre “mi perro es desobediente” o “qué hacer con perros desobedientes”, en muchos sitios te hablan directamente de problemas de comportamiento. WTF?

¿Qué tiene que ver que el perro tenga un problema de comportamiento con que sea desobediente? ¿Responder de forma miedosa o con estrés es ser desobediente? Aquí solo hay dos posibles respuestas: o es un clickbait para que hagas clic en el enlace de forma fácil o no tienen ni idea de qué te hablan (o lo más seguro es que sea ambas).

Así que por favor, no mezclar los problemas de comportamiento con el adiestramiento en obediencia, porque es una simplificación que no ayuda al perro.

La desobediencia inteligente.

Para terminar quería hablar de la desobediencia inteligente como ejemplo de lo que sí es desobediencia, además en este caso entrenada a propósito.

La desobediencia inteligente es cuando el perro actúa intencionadamente en contra de las instrucciones de su guía porque considera que así lo puede ayudar. Es algo muy importante en perros de asistencia como los perros guía, y enseguida vas a entender por qué.

Imagina una persona ciega con un perro guía en un cruce sin semáforos. Normalmente los invidentes en estos casos se apoyan mucho en su oído: si no escuchan tráfico dan al perro la orden de avanzar para cruzar la calle.

Ahora imagina que viene un coche eléctrico, que casi no hace ruido. El guía seguramente no lo oiga y le pida al perro que inicie la marcha. En este caso, si el perro está bien entrenado verá que se acerca un coche (situación peligrosa) e intencionadamente desobedecerá la orden de su guía y no cruzará la callé.

Es tal el nivel del entrenamiento y del vínculo, que el hecho de que el perro no obedezca la señal de avanzar sirve a la persona para entender que hay una situación de peligro. Es decir, el guía no piensa que su perro está mal entrenado, sino que está desobedeciendo porque hay una razón para ello.

Mis conclusiones sobre la desobediencia canina.

Como ves, decir que un perro es desobediente es algo que solemos hacer muy a la ligera. Como has visto con el caso del perro guía, hay que estar muy seguro y contar con un adiestramiento muy potente para poder saber ciertamente que el perro te está desobedeciendo.

En la mayoría de los casos, nuestras quejas me temo que son infundadas. Lo que tenemos que hacer es intentar averiguar qué está ocurriendo y cómo podemos ayudar al perro, en lugar de acomodarnos en la queja, los gritos y las riñas.

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